Fue apresado por los Reyes Católicos durante la batalla de Martín González, y cuando fue liberado tuvo que ceder parte de su territorio. En 1492, los Reyes Católicos entraron en Granada porque este reino se negaba a pagar los tributos exigidos, y por esto se le encomendó a Boabdil el señorío de las Alpujarras, de donde se marchó hasta Laujar de Andarax (donde estableció su residencia). En 1493 falleció su esposa, y ese mismo año Boabdil abandonó la Península para ir a Fez después de vender los derechos de su señorío a los Reyes Católicos y recoger los restos de sus antepasados en Mondujar (Granada).
La leyenda cuenta que, al salir de Granada por su exilio a las Alpujarras, se dio la vuelta para ver su antiguo reino y se puso a llorar. Su madre, al verle llorar, le dijo "Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre". Debido a esto, el monte donde se produjo este acontecimiento se llama "Suspiro del Moro".
Ilustración de Boabdil sobre su caballo abandonando Granada y observándola por última vez.
María Pérez Rodríguez
