ISLAS DIÓMEDES
Las islas del fin del mundo
En el límite entre el Océano Glacial Ártico y el Pacífico se encontraban, y se encuentran, dos islotes, uno perteneciente a una gran potencia (EE.UU Y RUSIA), y separados tan sólo por un brazo de mar de apenas tres kilómetros de ancho.
En el Estrecho de Bering
Las Islas Diómedes son dos pequeños islotes situados entre América y Asia. Con gran originalidad, la más grande se llama Diómedes mayor y la más pequeña Diómedes menor. Se encuentran situadas en mitad del Estrecho de Bering.
Rusia a la izquierda y EE.UU a la derecha
Los dos pequeños pedazos de tierra (la Diómedes pequeña tiene poco más de siete kilómetros cuadrados de superficie, por 29 de su hermana mayor) quedaron aislados el uno del otro, convertidos en los puntales de dos potencias inmensas y enfrentadas. Diómede menor en la actualidad cuenta con 150 habitantes, mientras que en la mayor hay un destacamento militar de Rusia.
El pueblo Diómede a las orillas del Ártico
Las condiciones climáticas de la isla no son lo que se dice tropicales, algo habitual al norte del paralelo 60. Para llegar a las Diómedes no existe transporte regular; con las aguas libres de hielo sólo durante el verano, vientos huracanados todo el año y una orografía que hace imposible construir una pista de cualquier tipo, la única manera de llegar a la isla de forma segura es en helicóptero.
Rusia a la derecha, Estados Unidos a la izquierda. Las Islas Diómedes vistas desde el norte.
Entre ambas islas no sólo pasa la frontera entre Rusia y EE.UU. La línea internacional de cambio de fecha también se encuentra entre ellas, de manera que desde la Diómedes menor miran al “mañana”, y desde Rusia, al “ayer”. La diferencia horaria entre ambas es de 21 horas, de manera que cuando en el lado ruso son las doce del mediodía, cuatro kilómetros al este son las tres de la tarde del día anterior. En realidad, como es lógico, la hora solar en ambas islas es exactamente la misma, situadas como están al este del meridiano 180. En invierno, cuando el mar se congela, las dos islas quedan unidas por el hielo, y ese trozo de océano se convierte en el único lugar del mundo en el que se puede cruzar de ayer a hoy o de hoy a mañana… a pie.
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