miércoles, 14 de enero de 2015

EL EUCALIPTO


Descripción


El eucalipto es un árbol de hoja perenne que puede llegar a medir más de 60 metros de alto y entre sus características destacan los troncos muy lisos y altos. Una vez que llegan a una altura considerable es cuando empiezan a salir nuevos brotes y a bifurcarse. El eucalipto está muy extendido debido a la capacidad de adaptación que posee, ya que es capaz de desarrollarse en diferentes ambientes climáticos.

Utilidad


Es un árbol que no sólo tiene función ornamental, sino que se utiliza en la tala gracias la buena calidad de su madera o para fines medicinales. También se utiliza en la desecación del terreno y, como su madera es blanda, no puede usarse para la construcción, pero sí para la industria papelera. Como alcanza una altura considerable, es útil para proporcionar grandes sombras en parques o jardines. Los bosques de eucaliptos pueden llegar a crear problemas de incendios incontrolables por la gran altura que alcanzan los árboles y la fácil combustión de su madera.

Consecuencias de los eucaliptos en España


El eucalipto fue introducido por primera ven en España en 1860 por Fray Rosendo Salvado, un misionero en Australia. Fray Rosendo le envió a su familia en Tuy (Pontevedra) semillas de eucalipto, con vistas a un uso ornamental.

Desde esta fecha el eucalipto se fue introduciendo en pequeños arboretos, jardines botánicos, u otros tipos de jardines con el objetivo de estudiar las diferentes especies y como árboles ornamentales.

Pero fue en la época franquista cuando el eucalipto se introdujo como plantación, ocupando sobre todo áreas de Galicia y en el suroeste (principalmente Huelva). 

Las plantaciones de eucalipto se han asociado con otras reforestaciones muy polémicas, pero de diferente fin: las reforestaciones con coníferas. En el caso de los eucaliptos se buscaba un fin productivo en una época en la que España buscaba recursos para fortalecer su débil economía. Por su parte, las plantaciones de coníferas, principalmente pinos, se englobaban en un plan forestal bastante bien planteado, pero que nunca se llevó a su fin.

El eucalipto desde entonces ha incrementando su controversia, aumentando los detractores de este singular género. Son muchos los que abogan que el eucalipto empeora el suelo, contamina las aguas, no deja crecer ninguna planta a su alrededor, es una planta esquilmadora,… y otras muchas afirmaciones en la mayoría de los casos sin fundamento o sacadas de contexto.

Y es que la fuente del problema no es esa. El origen de estas aseveraciones ha sido la utilización del eucalipto en plantaciones monoespecíficas, que como en cualquier plantación de tipo productivo se busca la máxima eficiencia en producción y se realizan tratamientos la mayoría de las veces muy intensivos. Con ello se reduce notablemente la biodiversidad, tanto en especies vegetales como animales, se produce un clima muy adecuado para ciertas plagas, se extraen con la madera (y en explotaciones mal llevadas incluso ramas no maderables) nutrientes que no son reemplazados, la densidad de la plantación impide el desarrollo de otras especies vegetales bajo su copa y el aprovechamiento de los recursos es bastante estrecho, al existir una especie principal que ocupa la mayor parte de la superficie. Por lo tanto, la mayoría de las culpas que se le atribuyen al eucalipto son derivados del manejo que hace el hombre de ellos.


ALEJANDRO CASADO GALÁN

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